miércoles, 19 de noviembre de 2008

Mr. Sargus

Ya son las ocho, voy a llegar tarde al Sargus. La gente estará cansada de esperarme, ya estará en círculo alrededor de la fuente, impacientes, pues no debe faltar uno o de lo contrario no funcionaría, no sentirían la energía del Sargus. No flotarían en la eterna marea azul, ni entenderían las inexistentes palabras de Mr. Sargus que es tan bello y tan distante. No, no lo verían , no gozarían, y la noche con su oscuridad los enfrentaría al terror del que nos advirtieron los ancianos.
Nadie debe faltar, así nos lo reprendieron nuestros iniciadores: "El mismo grupo que hizo la primera visita, ése mismo debe seguir siempre, sin ausencias ni adiciones; de esa manera la cadena se fortalecerá y poco a poco entenderán mejor las formas de Mr. Sargus, sus increíbles juegos, y estarán libres de la espada que desde aquél primer momento penderá sobre vuestras cabezas".
Creo que nosotros somos los primeros en Lima en consumir Sargo y nos ha caídomuy bien. Recuerdo que en la primaria empezamos con marihuana, pura ponzoña fumábamos, se la comprábamos al señor de la limpieza y no parábamos de reír hasta la hora del bajón.Después nuestra exigencia aumentó y apareció el escán, cómo saltábamos sobre las carpetas recontra estonazos. Luego, como todos, la coca, ella siempre ahí , en todas nuestras juergas. Pero las ganas de seguir buscando se mantuvieron a pesar de las continuas dosis e hicimos uso de todo lo que estaba a nuestro alcance ya que dinero nunca nos faltó : Diazepán, Oftalidón, Bronquiargán (jarabe para la tos), Calmylín (para la gripe), Leucodid, Ketalar, hongos de café, floripondio, sampedro, trip, equis, opio de ensueños, heroína, ayahuasca. Siempre había algo de esto en nuestras reuniones. Genial. Siempre drogados. Siempre en ese estado tan calamitoso como bello.
Sargoria salicácea es el nombre científico del sargo, que es un árbol. De ahí se extrae la corteza que se hierve hasta que en la olla quede una masa gelatinosa, se cuela, a eso se le agrega cocaína y bicarbonato de sodio, se pone la mezcla a fuego lento hasta que quede algo duro que luego se muele y se echa en el trago. Sargus es todo el ritual, toda la danza que implica esto de drogarse con la corteza. Sargus soy yo, mis amigos, la habitación, los utensilios, la gran marea azul, la clandestinidad que otorga la noche, sus estrellas, Mr. Sargus, el sueño final, todo, todo...
En realidad el ritual empieza en cada uno de nosotros antes de reunirnos. Horas antes de la visita ya se siente el embriagamiento y las rápidas pulsaciones. Recuerdas las anteriores reuniones y no puedes evitar soltar una sonrisa. Cierras los ojos y te vas ubicando en la sala de espera de Mr. Sargus que observa todo desde su ventana, sin inmutarse, eternamente suspendido en una suerte de inexistencia de tiempo y lugar, esperando a que recemos las plegarias que tanto le costó enseñar...
Noche muy bella para ser Lima la que lo ofrece. Estrellas espléndidas, luna completa. Noche perfecta para el Sargus. Pero ya se me hizo demasiado tarde, no sé si pueda llegar. Pero tienen que esperarme, deben hacerlo, la noche no puede ser mejor y están advertidos.
Por fin he llegado, pensé que nunca lo haría; cada paso que daba era un esfuerzo mayor al anterior. Cada metro que avanzaba eran kilometros en mi estado, pero no podía renunciar; si lo hacía no solamente yo me privaba de la más placenteras de las experiencias, con mi ausencia todo el Sargus no sería. Subo las escaleras lentamente, ya no puedo más, me sorprende que nadie me espere, abro la puerta.
...Qué habrá pasado, ya no puedo más; sólo veo figuras que no entiendo dibujadas en las paredes, veo las cosas de mis amigos, veo los utensilios, veo la pequeña lámpara que alumbra débilmente, pero no veo a nadie, nadie está. Las figuras de las paredes son de color rojo, hay manchas rojas en el techo. Se respira un aire cargado y húmedo, nadie está y no sé porqué. Ya no puedo más...
Sentado en la escalera y la lluvia que cae en mi rostro. Increíble que lo hayan hecho, increíble que haya pasado. La lluvia que cae en mi rostro y sus cuerpos que ahora son nada. Imágenes difusas se aglomeran en mi mente, sentado en la escalera me doy cuenta que yo también soy nada. Sus cuerpos son nada, Mr. Sargus los ha llevado por eternos caminos de flores, derrepente, por eternos caminos sin sol; infinitos arcanos han descubierto, infinitos temores han disipado, y un infinito desasosiego han sembrado en mí.

2 comentarios:

sinnombre dijo...

Hola, pasando a saludar y tambien para invitarte a que pases y veas mi blog a ver si encuentras algo de tu agrado y si te gusta intercambiemos enlaces, una suerte de fucionar dendritas o algo asi diria yo,je.
Saludos y hasta la proxima.

Jimmy dijo...

chevere tu blog.y el nombre de mercadito mejor...